ELOGIO DE LA SUMISIÓN: OPUESTOS IRRECONCILIABLES

9 junio 2023

La música como cultura refleja el modo en que pensamos, somos, y estos códigos culturales y sociales se van traspasando, replicando a nivel colectivo. Temas como el machismo, el sexismo, la misoginia, están presentes en la música, de diferentes formas. (Andrea Ocampo Silva)

Si una mujer canta su dependencia de un hombre que la abandona, como sucede en Dido and Eneas de Henry Purcell, una ópera de fines del siglo XVIII o en una canción popular de mediados del siglo XX entonada por Judy Garland, lo hace sin mucho pudor, como si fuera su obligación revelar una situación después de todo imaginaria, al presentarse bajo la forma de una canción, pero al mismo tiempo aleccionadora para quienes la oyen, que tranquiliza a los testigos y les confirma que todo está bien: el abandono de alguien que sufre y la queja que precede a la muerte, una confirmación de que el personaje que se rinde no habrá de recuperarse.

La mujer demuestra sus habilidades de cantante, y al mismo tiempo confiesa una sumisión que la opinión dominante aplaude sin pensarlo dos veces, ayer o ahora:

The night is bitter, / the stars have lost their glitter, / the winds grow colder / and suddenly you´re older / and all because of the man that got away. / No more his eager call, / the writtings on the wall / the dreams you dreamed have all / gone astray. (Harold Arlen e Ira Gershwin: The Man that Got Away)

El mundo pierde sentido, se apaga, cuando esa mujer queda sola. ¿Podrá sobrevivir sin la presencia de él? No hay ningún atisbo del futuro en la canción, solo un estado de desolación que parece no tener fin ni comienzo. La pena se vuelve eterna, y eso viene siendo desde hace siglos, como confirma la historia de Dido y Eneas. La mujer intenta retener al hombre, que considera otros objetivos más relevantes para su vida que atarse a las promesas hechas.

En el caso opuesto, si un hombre canta su dependencia de una mujer que lo abandonó por razones que no se aclaran, probablemente para reducir la responsabilidad masculina en la situación, elabora en torno a la pérdida una fantasía donde todo se vuelve justificación, paradoja, absurdo, como si la verdad cruda fuera inaceptable para él:

Te vas porque yo quiero que te vayas / a la hora que yo quiero te detengo. / Yo sé que mi cariño te hace falta, / porque quieras o no, yo soy tu dueño. (José Alfredo Jiménez: La media vuelta)

Referir los desencuentros de las parejas humanas da para mucho, como se sabe en Occidente desde el Medioevo, cuando las historias de Tristán e Isolda o la de Abelardo y Eloísa (casi todas ellas frustradas) comenzaron a conmover a una audiencia que se ha renovado hasta no hace mucho, sin esperar ni obtener nada distinto.

Vivir en pareja es algo deseado e inalcanzable para mucha gente, que percibe la soledad como una situación temible, que debe ser evitada a cualquier precio y justifica más de un sacrificio, pero encontrar pareja y luego (lo fundamental) ser capaz de retener a esa pareja y sobre todo disfrutar la convivencia con esa pareja, no es cosa fácil de concretar, lo que explica la infidelidad, el alto porcentaje de rupturas y el descrédito actual de la institución del matrimonio.

Cuando las parejas perduraban en el pasado que tantos añoran, fue porque una de las partes (la mujer, concretamente) corría con desventajas en caso de encontrar incómoda o insoportable la relación. Liberarse de esos lazos consagrados por la Ley, la Religión y las buenas costumbres, en el caso de que se atreviera a intentarlo, la exponía a quedar indefensa, en igual o tal vez peor situación que cuando permanecía dentro de la pareja.

La mayor satisfacción de la víctima es la certeza de que el victimario la necesita a ella (y en su fantasía, tal vez solo a ella) para disfrutar la crueldad que ejerce. La alternativa de sufrir (incluso morir) en manos de la persona a quien se ha sometido, llega a convertirse en un privilegio.

Arráncame la vida, con el último beso de amor. / Arráncala, toma mi corazón, arráncame la vida. / Y si acaso te hiere el dolor, ha de ser de no verme / porque al fin tus ojos me llevo yo. (Agustín Lara: Arráncame la vida)

Desaparecer en la relación de pareja, inmolarse voluntariamente a quien se dice amar, entregarse sin condiciones de ningún tipo al capricho de otro, es invitarlo al abuso, en la seguridad de que no se encontrará resistencia. En el bolero de Agustín Lara, son fantasías de mutilación, de aniquilamiento, que la canción popular vuelve alternativas aceptables o que pasan desapercibidas, porque son acompañadas por melodías fáciles de recordar, que los medios difunden reiteradamente y pueden ser bailadas, como parte del cortejo erótico tolerado por la sociedad, no obstante, la declarada carga masoquista que revelan.

Todo esto, que cuesta expresar, se dice con música fácil de tararear, permitiendo que nada de lo que se dice se tome demasiado en serio. Mientras la ópera otorga visos de seriedad a las declaraciones más triviales, la canción popular describe al pasar las tragedias cotidianas, como si resultaran inevitables y no tuvieran demasiada importancia.

La máxima felicidad de una de esas víctimas, parece ser la aceptación de morir en manos de quien ama o al menos delante de quien ama, para marcarlo(a) con la imagen del daño que está causando su desamor. ¿Acaso no habría otra manera de conmover al interlocutor indiferente, al amante que no reacciona, para obtener un momento de su atención, en este caso el último de quien se inmola?

Quisiera abrir lentamente mis venas / Mi sangre toda verterla a tus pies / para poder demostrar / que más no puedo amar / y entonces morir después. (Francisco Lomuto y José María Contursi: Sombras, nada más)

Declarar públicamente la sumisión de alguien (un hombre) a su pareja, no es una decisión fácil de aceptar para quien la sufre, porque la situación penosa que experimenta, en lugar de concluir, puede agravarse después de un reconocimiento como ese. ¿Qué ha hecho para merecer el maltrato? ¿En qué falló para que una mujer se atreviera a intentarlo? ¿Cómo no la detuvo y castigó de inmediato? La víctima se vuelve sospechosa o incluso culpable al exponer su situación.

No es raro que las mujeres golpeadas por sus parejas callen, incluso que se escondan de amigos o parientes que podrían ayudarlas a librarse del maltrato. Disimulan los moretones con maquillaje, inventan excusas que favorecen a sus verdugos, siendo algunas tan creíbles como haberse dado en la cara con una puerta, porque se supone que el silencio mejora la imagen de ambos como pareja normal (y en forma paralela, evita que sus parejas tomen represalias mayores cuando ellas se vean obligadas a regresar al hogar que comparten).

Si la declaración de que se ha incurrido en violencia física o psicológica proviene de un hombre arrepentido, las cosas se complican, porque la imagen predominante en la sociedad patriarcal es la opuesta: los hombres están comprometidos a mantener sometidas a las mujeres, en lo que se considera un orden inmutable, establecido por la religión y las buenas costumbres.

Eso suele ser lo menos que se espera de ellos. Cuando reaccionan de otro modo, más amable, hasta su identidad sexual de los machos queda bajo sospecha. ¿Qué les falta para ejercer el rol que la Naturaleza les habría destinado? Los hombres pueden incurrir en excesos y errores de todo tipo, pero de acuerdo con las convenciones respetadas por una generación tras otra, los hombres no se entregan ni lamentan.

Dan por sentado que si bien fueron engañados y eso les duele (al punto de cantarlo), están convencidos de que la vida se encargará de compensarlos, mostrándoles el dolor de quienes los hicieron sufrir.

There´ll come a time / don´t you forget it / There´ll come a time / when you´re gonna regret it / Some day, when you get lonely / your heart will break like mine / and you´ll want me only. (Turner Layton, Henry Cramer, Ray Sherman: after you´ve Gone)

En otras palabras, algo pasará, algo deberá pasar en el futuro, que ponga fin al desajuste actual de las relaciones entre hombres y mujeres. No existe la menor certeza, no hay manera de justificar esto que ha ocurrido, y entonces la esperanza irracional es que la Providencia intervendrá entonces, porque hasta ahora no lo ha hecho, para compensar lo sucedido, que es una pérdida irremediable.


CANCIONES DE LA PAREJA SOMETIDA (II): EL HOMBRE ENTRONIZADO

31 agosto 2018

Jacques Demy / Jean Cocteau: El bello indiferente

MUJER: No soy de esas mujeres que no hace más que interrogar e interrogar y que siguen a los hombres hasta enterarse de lo que quieren saber. No temas. (…) El señor hace lo que le da la gana y la señora debe quedarse en el hotel, encerrada bajo siete llaves… ¡Entendido! Antes no lo comprendía; ahora sí. (Jean Cocteau: El bello indiferente)

En el pasado, tal vez las mujeres tuvieran un Dios aparte, puesto que dentro del hogar, considerado su feudo (y al mismo tiempo su prisión) las obligaciones que le habían sido asignadas eran tantas y sus derechos tan escasos, que cuesta imaginarlas capaces de sobrevivir en una cultura convencida de que todas ellas (si exceptuamos a María) calificaban como seres humanos de segunda clase, a los que unos casos se protegía y en otros se abusaba, de acuerdo al humor masculino. Quizás las mujeres del pasado no consideraran que entre sus opciones de vida figuraba la posibilidad de enfrentar de igual a igual a sus parejas y reclamar atención a sus necesidades, por injusto que fuera el trato al que estuvieran sometidas.  Ni sus madres o amigas lo habían intentado con demasiado éxito, ni los guías espirituales de los templos que frecuentaban las alentaron nunca a cometer tal desatino, ni los correos sentimentales de las revistas femeninas hubieran convalidado ensoñaciones tan absurdas como esas. Lee el resto de esta entrada »


AMORES QUE DEJAN SU MARCA

25 May 2016

Franco Zeffirelli: Romeo and Giuliet

Franco Zeffirelli: Romeo and Giuliet

El primer amor deja su marca no pocas veces indeleble en la memoria, porque en el momento en que se lo experimenta, no hay otras experiencias con las cuales sea posible compararlo. El último amor suele ser recordado también, por las razones opuestas: clausura una etapa que no volverá abrirse. Ambos establecen dos límites que los diferencian del resto de las relaciones en las que alguien pudo involucrarse, sobre todo cuando esas relaciones fueron muchas y por ese motivo tienden a confundirse unas con otras.

El énfasis que se le otorga en tantas culturas a la virginidad femenina, o más bien a su pérdida por la penetración sexual de un hombre, manifiesta la posibilidad de que alguien pueda quedar marcado por el resto de su vida, gracias a un accidente que en muchos casos podría evaluarse como bastante trivial, si no acarreara embarazo. Nada más distante de la realidad. Esa marca oculta era el objeto de inspecciones minuciosas de casamenteras y maridos. Aquellas mujeres intactas, valían por esa única circunstancia más que las otras. Las marcadas, en cambio, dejaban de ser aptas para el matrimonio y el respeto, eran denunciadas ante la comunidad y quedaban libradas a la opción de prostituirse para sobrevivir. Lee el resto de esta entrada »


PAREJAS DE PERDICIÓN

3 enero 2016

Retrato de Giovanni Arnolfini y esposa (1434) Jan van Eyck

Jan van Eyck: Retrato de Giovanni Arnolfini y esposa (1434)

La necesidad de amor y compañía, suele ser en los seres vivos una necesidad tan difícil de postergar como la de respirar o alimentarse. En ciertos niveles elementales de la existencia, todo parece reducirse a la búsqueda ciega de la reproducción. Al avanzarse en la complejidad de la consciencia, se definen sentimientos que no siempre se logra controlar y con frecuencia enredan a quienes los experimentan. En su búsqueda de contactos amorosos, los seres humanos hacen concesiones imprudentes, opuestas al instinto de conservación, imaginan respuestas favorables que no habrán de obtener nunca del objeto de su afecto, cometen errores de cálculo que les cuestan demasiado caros y no pueden revertir.

La gente quiere ser amada; en su defecto, admirada; en su defecto, temida: en su defecto, odiada y despreciada. Quiere evocar algún tipo de sentimiento. El alma se estremece ante el olvido y busca la conexión a cualquier precio. (Hjalmar Söderberg: Doctor Glas)

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CANCIONES DE LA PAREJA SOMETIDA (I): LA MUJER ENTRONIZADA

4 noviembre 2015

Virgen de la Macarena, Sevilla

¿Quién como yo, mujer, te ha idolatrado? / ¿Quién como yo, te amó con más anhelo? / ¿Por qué me abriste con tu amor el cielo / para después rasgarme el corazón? / Porque te adoro y a tus pies me arrastro. (Cirilo Baqueiro Preve)

El mundo cristiano (en su vertiente católica) dispone de la figura de María, madre y sin embargo virgen, mujer inalcanzable, inalcanzada, si se atiende al dogma, que ha estado en íntimo contacto con Dios y los fieles veneran, porque se supone que recibe sus súplicas y las traslada al Señor. María es el paradigma de mujer entronizada, puesta por encima y en oposición a la mayoría de las mujeres, que suele encontrarse sometida a los hombres por el régimen patriarcal. Lee el resto de esta entrada »


DORMIR CON EL ENEMIGO: SEDUCCIÓN ORIENTAL DE MUJERES OCCIDENTALES

15 May 2015

Rodolfo Valentino y Vilma Banky: The Son of Shejk

Rodolfo Valentino y Vilma Banky: The Son of Shejk

Demasiado lejos quedó la imagen romántica del viejo cine de Hollywood, en la que un musulmán seductor raptaba a una bella mujer occidental y hacía suspirar a la audiencia. Una amenaza nueva ha venido a sumarse a las muchas que atormentan los tiempos actuales. Desde hace más de una década, el riesgo de la frecuentación de las redes sociales ha logrado tomar forma para quedarse en el imaginario de Occidente.

Los estafadores usan la red para atrapar incautos y despojarlos de su dinero. Al riesgo de los niños, que fácilmente pueden ser seducidos por pedófilos capaces de camuflarse en la red como simpáticos avatares de su misma edad, se suma ahora el temor a los captores (casi siempre mujeres) que se introducen en la intimidad de las familias que tienen acceso a Internet, para convencer a otras mujeres, por lo general muy jóvenes, de abandonar a los parientes que de acuerdo a su percepción las oprimen, su residencia habitual, su cultura original, para seguir a sus nuevas amigas y entregarse a la sagrada causa del Islam, de acuerdo a la versión planteada por ISIS. Lee el resto de esta entrada »


DELIRIO DE ACOSADORES

1 octubre 2014

Tarjeta enviada por John Hinckley a Jodie Foster

Tarjeta enviada por John Hinckley a Jodie Foster

La actriz Jodie Foster fue acosada por John Hinckley, un joven admirador que había visto no menos de quince veces el filme Taxi Driver, donde ella interpretaba a una prostituta adolescente. Aunque no se conocían, le mandaba tarjetas postales en las que le pedía que permaneciera virgen para él. A comienzos de los ´80, no dudó en intentar el asesinato del presidente Ronald Reagan para ganar la notoriedad que hubiera debido convencerla de corresponder a su pasión. La lógica de esta situación delirante no es fácil de penetrar. ¿Estaba tan desconectado de la realidad que imaginó que sería posible matar a un Jefe de Estado y eludir toda responsabilidad? ¿Si se volvía tan famoso como ella, ambos tendrían fatalmente que encontrarse? ¿Al demostrar lo peligroso que podía llegar a ser, ella no dudaría en someterse a su voluntad? Lee el resto de esta entrada »


SUMISION DE LAS MUJERES A SUS PAREJAS

17 febrero 2013

Floren Delbene y Libertad Lamarque: Besos brujos

Floren Delbene y Libertad Lamarque: Besos brujos

Entregarse a un hombre no constituye para ninguna mujer la garantía de que recibirá el amor y la protección que le prometen sus parejas y la sociedad da por descontada. Una vez que el hombre entra en posesión de la mujer, de acuerdo a la tradición patriarcal, puede hacer con ella lo que desee, incluyendo destruirla si lo defrauda por aburrimiento u oponer alguna resistencia. Esos poderes los ejerce incluso después de muerto, porque la familia exige de la viuda una fidelidad que ya no tiene objeto mantener.

Si la mujer muere, el hombre puede reemplazarla de inmediato, sea para darle una madre a sus hijos, sea para satisfacer las tareas domésticas, entre las cuales se encuentra el suministro de compañía sexual. La posibilidad de quedarse sin un hombre, en cambio, solo promete dificultades para la mujer, que de haber equivalencia entre los géneros, podría comenzar a considerarse libre de la tutela masculina.. Lee el resto de esta entrada »


HOMBRES MANIPULADORES, MUJERES MANIPULADAS

9 enero 2013

Punch y Judy: teatro de marionetas inglés

Punch y Judy: teatro de marionetas inglés

Hay ficciones literarias o dramáticas del pasado, ahora audiovisuales, que gozan de enorme popularidad en un momento dado y luego pasan al olvido y solo son recordadas por unos pocos especialistas. Los motivos de su aceptación masiva pueden ser varios: quizás tienen pocos méritos, y sin embargo expresan en forma oportuna los temores, las expectativas o la opinión de lectores o espectadores sobre algún tema relevante, como las conflictivas  relaciones entre los sexos o la desconfianza ante los cambios de cualquier tipo que experimenta la sociedad. Lee el resto de esta entrada »


PAREJAS Y SECUESTROS: EL SÍNDROME DE ESTOCOLMO

1 abril 2012

Los secuestrados y los torturados cuentan a veces historias espeluznantes de sus experiencias, que van más allá de los sufrimientos que han logrado sobrellevar e incluyen su abierta colaboración con el secuestrador o torturador. ¿Por qué lo hicieron? ¿Por qué simularon colaborar o se convencieron de que deseaban colaborar? Trataron de salvar su vida, puede pensarse, no irritando de ningún modo a quienes los mantenían en su poder y los sometían a vejámenes, con el objeto de abreviar o aliviar el tormento. ¿Fue solo eso? La situación parece ir más allá de las interpretaciones simplistas: las víctimas suelen identificarse con aquellos que las hacen sufrir. Lee el resto de esta entrada »