Hay una concepción seria (por lo tanto, restrictiva) de la pareja humana, que es el punto de vista privilegiado por las instituciones a las que interesa su perduración y su productividad (en hijos y ejemplo para el resto de la comunidad). Los líderes religiosos y los legisladores han elaborado un modelo de pareja que en la práctica no termina de imponerse a la gente, pero que de todos modos obliga a compararse con él, para pedir disculpas y corregir los desvíos que queden en evidencia, cuando alguien no se encuentra a la altura del modelo. La modernidad, que suele enfatizar su orgullosa carencia de lazos con el pasado, no desafía demasiado estas imágenes convencionales.
Cada oveja con su pareja. (Refrán español)
En el mundo contemporáneo, la gente del ambiente del espectáculo puede ser poco atenta a los valores tradicionales, pero al mismo tiempo depende muy directamente de la aprobación o condena que le dispensa un público masivo, que se siente autorizado para evaluar no solo el desempeño profesional de las figuras que admira, sino también su vida privada, por desinformado que se encuentre respecto de las circunstancias que incluye ese ámbito. Por eso, aquellos que en su privacidad no suelen respetar las convenciones sociales, se preocupan al menos de aparentar lo contrario, para no obstaculizar el disfrute de la audiencia masiva, ni alentar un rechazo que puede ser el fin de su carrera.